NUESTRA PIEL
Nos envuelve en su manto protector y delimita nuestro ser, es capaz de indentificar lo que es nocivo o saludable para nuestro organismo. Regula nuestra temperatura y es la encargada de conservar fluídos imperscindibles para nuestra nuestra propia supervivencia.
La piel a traves de sus terminaciones nerviosas es la encargada de recibir todos los estímulos que provienen del entorno. En ella se encuantra uno de los sentidos mas desarrollados que tenemos; el tacto.
Nuestras emociones pueden verse muy bien a través de ella, nos ruborizamos de vergüenza, se nos pone la "piel de gallina", nuesto vello se eriza con los cambios de temperatura o por el pánico...........
Es por tanto que nunca debería dejarnos indiferentes cualquier alteración que ella presente, debiéndonos preguntar que nos está queriéndo decir con todas esas manifestaciones, que es lo que pretende "salir" a la luz.
La rábia, la agresividad, la incomodidad, la represión,el miedo, entre otras emociones, suelen manifestarse en nuestra piel en forma de picores o erupciones que a menudo tratamos con cremas o medicamentois que no hacen nada más que "tapar" el problema, siguiendo la costumbre popular de esconder lo que sentimos.
Por tanto, siempre que nuestra piel se manifieste, deberíamos preguntarnos en que manera tratamos de aislar algún conflicto, que emociones intentan traspasar la frontera.
Nuestro cuerpo posee una sabiduría inmensa,él sabe que todo lo que se queda dentro enferma, es por eso que al observar los síntomas que nos ofrece, también podremos encontrar las claves para nuestra propia sanación.
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